23 febrero 2006

¿Qué se entiende por catalonófobo?


Nada hay más peligroso que una idea cuando no se tiene más que una. Emile Chartier Alain

Desde la tristeza que provoca lo que se puede observar desde el magnífico mirador que permite a un español, residente en el corazón de la Europa Comunitaria desde hace dos décadas, y reflexionar sobre lo que está sucediendo en España desde hace algo más de dos años, un catalonófobo es:

Todo aquel que teniendo una clara idea de la historia de España, incluida Cataluña, se empeña en cuestionar y no tomar en serio esa bazofia histórica que pretenden vender los nacionalistas.

Todo aquel que no estando de acuerdo con sus ideas discrepa de ellas, y de los métodos que emplean para imponerlas.

Todo aquel que perteneciendo a generaciones posteriores a nuestra “famosa” y “trasnochada” contienda nacional, aparentemente superada, y no teniendo, en pos de una verdadera paz, el menor interés por el bando en el que luchó su abuelo, no logra entender el revanchismo y el odio nuevamente exhibido por los nacionalistas, poniendo en peligro la tranquilidad de España.

Todo aquel que, con todos los respetos para la identidad catalana, no tolera, ni admitirá jamás ninguna clase de superioridad por parte de esta comunidad, en relación con el resto de las comunidades españolas.

Todo aquel que ponga en tela de juicio la inteligencia y las intenciones de los nacionalistas cuando, lejos de ofrecer a sus ciudadanos amplitud de miras en todos los terrenos: culturales, lingüísticos, filosóficos, económicos, etc.; se dedican a mirarse el ombligo y pretenden que los ciudadanos de Cataluña regresen a las cortas posibilidades de la tribu.

Todo aquel que habiendo escuchado por boca de simpatizantes de los nacionalistas catalanes las sandeces que a continuación leerá, se limite a mirarlos con tristeza y ofrecerles una sonrisa de misericordia y paciencia: “No sé bien por qué, pero en mis últimos viajes a Turquía y Marruecos me he sentido más identificado, más en casa que en España”.

Todo aquel que ponga en tela de juicio la honradez de los nacionalistas catalanes. De manera especial aquellos que siendo conocedores de las “aventuras” del Ministro de Industria, el bachiller Montilla, sienten cierta repugnancia de las prácticas mafiosas con las que habitualmente opera. Entre otras: Opas para su beneficio particular y el de sus amigos. Regalías de miles de millones por su “excepcional” colaboración en los tejemanejes con entidades financieras catalanas.

Todo aquel que ponga en tela de juicio el nivel intelectual de la mayoría de los dirigentes nacionalistas, para llevar a cabo grandes cambios en la sociedad catalana, a la que pertenecen.

Todo aquel que, harto de escuchar las ofensas constantes de los nacionalistas catalanes contra su sentimiento de español, se manifieste ofendido, e incluso dolido en lo más profundo por el trato recibido.

Todo aquel que no acepte, por sentido común y uso de su inteligencia, que se pueda hablar de nacionalista catalán y no pueda hacerse de nacionalista español.

En síntesis:

Todo aquel que se resista a que los catalanes, nacionalistas, le nombre socio de honor del CEI, más conocido como “Club de los Estúpidos Integrales”.

Felipe Cantos, escritor.

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